
6 de enero, 2022
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Si eres estudiante y te defines como una persona con una gran memoria fotográfica, seguro que has oído hablar de esta herramienta; pero no es necesario ni que seas estudiante ni que tengas una buena memoria visual para utilizarla. En el post de hoy te explicamos qué es un mapa mental y cómo se hace.
Un pequeño adelanto: se trata de una herramienta válida para todos los sectores y edades. Además, no es necesario que se realicen de forma individual, también puedes usarla en grupo. Por ejemplo, fuera del campo plenamente estudiantil, esta técnica te puede ayudar a tomar una decisión en caso de que una de las principales preguntas que surgen en tu cabeza en el día a día sea “a qué me puedo dedicar”.
Lo más importante es comprender qué es un mapa mental y cómo se hace, para así poder aprovechar esta herramienta al 100%. Las dos ideas principales de los mapas mentales son las siguientes: facilitan el aprendizaje y relacionan todos los conceptos que giran en torno a un tema. Esta técnica fue desarrollada por Tony Buzan.
Como decíamos, un mapa mental es una herramienta de estudio que organiza los conceptos de forma esquemática. Pero a diferencia del esquema tradicional que todos tenemos en mente, los mapas mentales establecen el tema principal en el centro y todas las ideas clave relacionadas con el tema giran en torno a él.
Al ser un esquema, eso implica que los mapas mentales están formados por pocas palabras que representan las ideas clave. Esto es una forma de sintetizar los conocimientos e interiorizarlos. Esta técnica facilita también la creatividad de la persona o las personas que intervienen en su creación, pues se genera una lluvia de ideas a partir del tema central. Los conceptos que lo rodean nacen a raíz de esa idea central. Pero eso lo veremos mejor en cómo hacer un mapa mental.
El principal objetivo de los mapas mentales es simplificar el aprendizaje de una asociación de ideas.
Para hacer un mapa mental debes tener en cuenta algunas reglas previas o requisitos. De esta forma, el proceso de creación será todo un éxito y exprimirás esta herramienta al 100%.
Lo primero es ser consciente de que un mapa mental es un esquema y, por lo tanto, la información que contenga deberá estar sintetizada lo máximo posible. Dicho de otra forma, utiliza palabras clave o imágenes, no frases cortas u oraciones.
El punto de partida es el centro de la hoja. De ahí nacerá la lluvia de ideas. Es esencial tener esa palabra o imagen identificada. Muchas veces se coloca en forma de imagen en lugar de en forma de palabra, pero eso es de libre elección.
La lluvia de ideas debe hacerse en relación al tema elegido. Utiliza tu creatividad, pero no hagas del mapa mental un jeroglífico. Busca palabras que tengan relación con el tema, aunque sea mínimamente; o utiliza palabras que vayas a identificar en un futuro. Probablemente no será una de esas hojas que guardas en un cajón para siempre.
Priorizar es esencial en cualquier tarea que realicemos y los mapas mentales no son una excepción. Usa el sentido de las manecillas del reloj para priorizar las ideas.
La forma de relacionar la idea principal situada en el centro con las otras que la rodean será mediante líneas, para que no queden colgadas o dispersas y la relación sea poco visual.
Las ideas que nazcan en la lluvia de ideas deberán estar remarcadas. ¿Cómo? Subrayadas, con un círculo a su alrededor, poniendo diferentes colores… incluso haciendo dibujos. Dale rienda suelta a tu imaginación.
No hay límites: si has empezado el mapa mental en un A4 y se termina el espacio, pega otro folio para formar un A3, y así hasta que termines. El espacio no es una excusa . ¡Ah! Y si prefieres hacerlo de forma digital, tampoco hay problema.
A continuación, te explicamos los 6 pasos clave que debes seguir para hacer un mapa mental perfecto.
Una vez tengas claro el tema sobre el cuál vas a realizar el mapa mental, léelo las veces que haga falta para realizar un resumen en base a ello. En el resumen deberán aparecer las ideas principales y secundarias.
Idealmente, coloca la hoja de forma vertical para tener más espacio a la hora de ramificar las ideas.
Los conceptos que giran en torno al tema central pueden ser todos los que quieras. Por ejemplo, en una receta, los conceptos estructurales serían: introducción, ingredientes, tiempo de cocción, modo de preparación, tips a tener en cuenta, origen de la receta…
Colócalos por orden de importancia en el sentido de las agujas del reloj.
Con esto nos referimos a que utilices líneas conectoras para que los conceptos no se confundan y para que quede claro a qué categoría pertenece cada palabra.
Mediante círculos, rectángulos o colores. Una buena idea es poner cada categoría de un color para diferenciar las unas de las otras.
Por último, te dejamos algunas recomendaciones extra para que tu mapa mental sea digno de ser enmarcado:
Ya sea para estudiar examen tipo test, exámenes multirrespuesta, exámenes con pregunta abierta; en grado universitario, grado medio, grado superior o incluso en tu máster (recuerda que en Cesur puedes cursar un máster sin carrera), los mapas mentales son una herramienta ideal para cualquier tipo de campo de estudio.
¿Los has utilizado alguna vez? Si no, ¡ya estás tardando!
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